Velocidad del caballo
Hay quién afirma que un caballo excepcional en circunstancias excepcionales podría correr a 85 km/h, aunque lo normal es que al galope la velocidad máxima de un caballo sea de unos 50 km/h. Pero cuando hablamos de caballos de competición hay que saber que el récord de velocidad está situado en 70,76 km/h.
Lanzado al galope hay quién defiende que en libertad y sin soportar el peso de un jinete un caballo dotado de unas facultades extraordinarias podría alcanzar puntas de velocidad superiores a los 85 km/h, pero echando pie a tierra puede afirmarse que 50 km/h es una velocidad razonable para un caballo normal montado por un jinete de nivel medio.
En la corta distancia un Quarter Horse ostenta el récord de velocidad con 20,57 segundos empleados en recorrer 402 metros (un cuarto de milla) con 70,76 km/h, con puntas de 80 km/h. Cuando hablamos de distancias entre 1.000 y 3.000 metros el récord es para el caballo pura sangre que recorrió 2.414 metros (1,5 millas) en dos minutos y veintidós segundos, galopando a una velocidad de 60,86 km/h.
Después de un siglo y medio de análisis las estadísticas que manejan los criadores parecen confirmar que los caballos de competición cada vez son más rápidos, sobre todo cuando se trata de trayectos cortos. Desde 1850 la velocidad que puede desarrollar un caballo de carreras se ha incrementado de forma sustancial, con un primer aumento de prestaciones en el periodo existente entre finales del siglo XIX y 1910.
Después se produjo un parón que duraría hasta 1975, momento en el que comenzó una nueva etapa de mejora que fue todavía mayor que la primera. Finalmente los datos del último periodo estudiado –entre los años 1997 y 2012- muestran un incremento medio en la velocidad de los caballos del 0,11% anual.
En un reciente estudio los profesores de la universidad británica de Exeter, Patrick Sharman y Alastair Wilson, autores de una interesante investigación publicada en la revista científica “Biology Letters”, establecen la conclusión de que los caballos de carreras analizados han evidenciado un incremento de sus prestaciones en relación con una mayor velocidad en recorridos cortos.
Para Wilson y Sharman la explicación vendría dada porque durante las últimas décadas los criadores han favorecido las características genéticas de velocidad frente a las de resistencia, factor este último más valorado en las pruebas de larga distancia que generalmente son dominadas por caballos de origen árabe. Por cierto que el récord de velocidad en larga distancia (entre 40 y 160 kilómetros) está actualmente en 27 km/h.
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